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jueves, 11 de julio de 2013

Miedo a la fiebre porque sí

Es esa fiebre que aparece porque sí, sin más, sin ningún otro síntoma. Tocas el enano y dices uy qué caliente está, será el calor. Pero le pones el termómetro y alucinas: 38.8. A mí se me descompone el semblante cuando veo estas cifras en un cuerpecito tan pequeño.
Pero bueno, me calmo y esperamos a ir al pediatra. Exploración de arribabajo y no tiene nada de nada. Observarle. Darle apiretal si pasa de 38. Volver si aparece algo nuevo.Y nada más.
Comienza una tarde en la que el niño que es un rabo de lagartija, que agota, que no para quieto, que se escurre cuando le quieres achuchar para seguir a su bola…ese niño, digo, no se baja de tus brazos y no levanta la cabeza de tu hombro. Tú notas su calor, le mojas la frente, el pelo a trasquilones, las piernas, los brazos. Baja una décima y a la media hora ha  subido tres. Cuentas los minutos para darle otra dosis de apiretal, para verle por lo menos chutado de paracetamol, simulando por un par de horas que no pasa nada, que ya se ha curado y es el de siempre. Pero el efecto pasa y otra vez a empezar. Los ojillos apagados, las mejillas rojitas, los pucheros, el soniquete que hace él para dormirse multiplicado por tres.
Tú como madre pues te preocupas, para ti lo normal, pero si hablas con otras mamis que siqué malacostumbrada estás a tenerle siempre bueno, que si de estas te quedan miles, que si no seas exagerada, que si altérnale cada cuatro horas dalsy y apiretal, que si como se nota que es hijo único…miles de historias que lejos de hacerte sentir mejor te joden en el alma. A mí por lo menos es lo que me pasa, después de una tarde de mil movidas y opiniones así, me vine para casa aguantándome unos lagrimones de rabia que para qué.Exploté en el coche, claro. A mí sólo me apetece estar con M. en brazos, calmarle, y sí, me sale estar preocupada y desear que acabe de incubar lo que sea que está incubando y sepamos de una vez qué pasa, qué tiene, por qué lleva tres días con fiebre. Llamadme exagerada, pero a mí es verle así y me empiezan a venir un montón de -itis a la cabeza a cual más peligrosa. Y bueno, qué queréis que os diga, seguro que si tienes tres hijos relativizas un poco más, pero no me creo yo que si tienes a un churumbel malo y no sabes de qué, estés tan campante medicándole a tu aire. No me lo creo.
No es nada y no va a ser más que un virus, y lo mismo cuando esté buenin me río de los malos días que estoy pasando, pero ahora mismo estoy frágil, estoy triste y no le quito ojo ni oído ni mano de encima.
Joder, qué ganas de que se cure. Qué desesperación.

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